El buque bautizado como Liaoning, de 300 metros de largo y originario de Ucrania, fue comprado por China en 1998 y desde entonces Pekín se ha dedicado a estudiarlo y acondicionarlo para su puesta en funcionamiento, con esto además estaría igualmente construyendo otros dos portaaviones propios, lo que supondría el dominio chino de los océanos.
China se convierte en el décimo país del planeta en poseer un portaaviones, y en el último país con puesto permanente en el Consejo de Seguridad en obtenerlo.
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