Los alces de Norteamérica comienzan a regresar a Alaska por primera vez desde 1880 por el calentamiento global.
Los veranos más cálidos han incrementado y ahora tienen mucha comida para los periodos fríos y congelados, donde anteriormente eran áreas congeladas.
Lamentablemente debido a la caza ilegal, los alces tuvieron que emigrar a finales del siglo XIX aunque ahora han duplicado el número de alces.
Desde el año 2009 se han reportado el doble de avistamientos.
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